Me han dicho que en un pueblo pequeño, blanco y un poco embrujado, fueron diosas de la luz, y un lugar en la playa juegan por encima de las olas excitadas y eróticas.
Iré a besar las olas, para que un beso pequeño y excitado sirva de sacrificio amoroso.
Me pierdo en el vagabundear de la noche, donde las sirenas se bañan en un mar de estrellas...
Allí te encontré a tí y contigo nacieron mis hijos.
Hijos del amor.
DEDICADO A OLGA
GERARDO
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